Para mantener las estufas de leña en óptimas condiciones y asegurar un funcionamiento eficiente y seguro, es esencial llevar a cabo tres tipos de limpieza.

Limpieza diaria de la Estufa
La limpieza diaria implica la retirada de cenizas de la cámara de combustión y el cajón cenicero utilizando un aspirador específico o cepillo metálico. También se debe limpiar los cristales con un limpiacristales adecuado, evitando productos abrasivos, y limpiar el exterior de la estufa siguiendo las recomendaciones del fabricante.
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Limpieza Anual de Estufa de Leña
La limpieza de mantenimiento anual, conocida como deshollinado químico, involucra encender la estufa con un leño deshollinador en su envoltorio, permitiendo que el fuego arda y se apague por sí solo. Después de enfriar, se retiran las cenizas con un aspirador de cenizas o cepillo.
Estas tareas de limpieza garantizan una combustión eficiente, evitan la acumulación de creosota, que puede causar incendios, y contribuyen a mantener bajas las emisiones de humo al medio ambiente. Realizar una limpieza adecuada y regularmente prolongará la vida útil de la estufa y mejorará su funcionamiento.
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